La cita era a las 20, puntual de acuerdo a lo que pedía encarecidamente la invitación, y aunque la entrega de premios, los discursos y la emoción comenzaron un rato largo después, desde el primer minuto se respiró en la sede de Directores Argentinos Cinematográficos (DAC) un clima de fiesta.
Colegas directores -muchos amigos desde jóvenes-, que le han entregado su vida al cine tenían otro motivo para el reencuentro. Abrazos, risas, recuerdos de otros tiempos y de otro cine afloraban en las distintas mesas marcando el clima que duraría hasta bien entrada la madrugada. Pasaron por el edificio de la calle Vera más de 500 personalidades de la actividad audiovisual. “Es la gran oportunidad de encontrarnos todos cada año” dijo el ganador del Oscar Luis Puenzo, uno de los distinguidos con el Premio DAC por su trayectoria cinematográfica. Lo recibieron también Teresa Costantini, Adolfo Aristarain, Edgardo Borda, Carlos El Negro Luna y Juan Taratuto.

Pablo Avelluto, Juan Bautista Stagnaro y Horacio Maldonado unidos en un convenio para fomentar el cine en las escuelas.
Si bien para entonces todo transcurría entre el el aplauso y la ovación, la celebración había empezado bastante más temprano ese día. Con la colaboración y el apoyo del INCAA hubo preestrenos por $1 en el Cine Gaumont, donde se proyectaron a sala llena por un público feliz de esta iniciativa, los largometrajes nacionales Quizás HOY, ópera prima de Sergio Corach; El Francesito, de Miguel Kohan; No me mates, de Gabriel Arbós; y La larga Noche de Francisco Sanctis, de Andrea Testa y Francisco Márquez.
También se firmó un convenio entre el Ministerio de Cultura de la Nación y la Fundación DAC para acercar el cine a las escuelas según anunció el ministro Pablo Avelluto, presente en la velada.
Una noche de unión entre colegas, amigos, y por sobre todas las cosas con el cine argentino.
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