Definitivamente, “los géneros” han vuelto al cine argentino. Los proyectos más recientes de la cinematografía local retoman la buena costumbre de apoyarse en temáticas concretas en lugar de naufragar en pastiches “apto festivaleros”. La nueva película del rosarino Rodrigo Grande (Rosarigasinos, Cuestión de principios) es un thriller de corte clásico: “Un policial de suspenso con una atmósfera inspirada en los relatos de Edgar Allan Poe, de casas habitadas por fantasmas del pasado y ladrones que las rodean“, según sus palabras.
Leo Sbaraglia es Joaquín, un hombre que está en silla de ruedas. Su casa, que conoció tiempos mejores, ahora es lúgubre y oscura. Una bailarina de striptease, Berta (Clara Lago), junto a su hija, llama un día a su puerta respondiendo a un anuncio para alquilar una habitación. Su presencia alegra la casa y anima la vida de Joaquín.
Una noche trabajando en su sótano, donde repara computadoras, el hombre escucha un ruido casi imperceptible. Pone la oreja contra la pared y se da cuenta de que un grupo de ladrones liderado por Galereto (Pablo Echarri) está construyendo un túnel que pasa bajo su casa para robar un banco cercano. Desde ese momento, Joaquín comienza a vigilar a los ladrones, toma notas, y logra conocer al detalle el plan del robo. La pregunta es qué hará con esa información…
“El túnel en el que se meten Joaquín y sus ‘enemigos’ -continúa Rodrigo-, y que da título a la película, funciona entonces como un pasadizo entre sus dos opciones: la vida y la muerte“. El rodaje de comenzó el lunes 24 de agosto, continuará durante septiembre en Buenos Aires, y luego seguirá un mes más en España.
Distribuida en Argentina por Warner Bros. Pictures, Al final del túnel se estrenará el 14 de abril de 2016.
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