Somos actores, ¿queremos actuar?
Al igual que los DT que repiten equipo cuando los resultados son positivos, Me casé con un boludo volvió a juntar a Adrián Suar, actor devenido en uno de los productores más importantes de la televisión argentina, con Valeria Bertuccelli, actriz que tiene ese no sé qué que la vuelve una de las cómicas más destacadas. Ambos son muy selectivos a la hora de elegir los proyectos en cuales participar, pero no dudan en actuar juntos una vez más. Incluso, fue Valeria quien le acercó la idea de este proyecto a Adrián para hacer una serie, pero él, con su ojo clínico, prefirió que fuera una película. Además, Norman Briski y Gerardo Romano también le aportan su cuota de humor.
Alguien te está mirando
Si uno dice Suar y Bertucelli, la ecuación se completa con Juan Taratuto. Los tres fueron el secreto de la fórmula hacia el éxito de Un novio para mi mujer (2008), comedia que rompió varios esquemas del cine argentino y logró cautivar una gran cantidad de público. Este trío trató de repetir el mismo éxito con esquemas parecidos pero, en este caso, el resultado no es el mismo. A nivel estético y técnico, la historia está bien contada, sin grandes sobresaltos y con locaciones ostentosas.
¿Salgo corriendo a buscarla o la espero en el cable?
Me casé con un boludo demuestra que repetir fórmula no es siempre la mejor opción. Ya sea por exceso de expectativa del público o por la confianza ciega de la producción, sus resultados no se comparan con los de Un novio para mi mujer. Se podría decir que la primera se queda más en la superficialidad y no goza del cierto grado de profundidad y reflexión de la segunda. De todos modos, es una comedia con cien por ciento de risas aseguradas. Para aquellos que quieran divertirse y pasar un buen rato desconectado del mundo, Me casé con un boludo es una película digna de su cinemateca.
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