Una habitación, cuatro personas, enredos, caos. Esos son los elementos claves en la carta de presentación de Anoche, nueva película co dirigida por Nicanor Loreti y Paula Manzone, que tiene a Benjamín Rojas como protagonista.
Es que el actor salido de la troupe televisiva de Cris Morena logró despuntar el vicio del cine, una de las figuritas difíciles de su carrera. Con dos estrenos en menos de un año (la anterior fue Eso que nos enamora), Benja se encuentra en un gran momento personal y profesional. Recientemente convertido en padre, vive la vorágine del estreno teatral de Una semana nada más, comedia que coprotagoniza con Nicolás Vázquez y Florencia Vigna. En medio de ese caos cargado de emocionalidad, el actor se tomó el momento para reflexionar sobre el momento que vive, su pasado como estrella infanto-juvenil y su paso por el under que lo alejó por un tiempo de la popularidad.
-Tu vuelta al cine te vino con dos protagónicos bastante seguidos.
-Sí, la verdad es que eso me pone muy contento. Es difícil que te ofrezcan un protagónico. Eso significa que los directores y los productores tienen confianza en vos, que creen que podés interpretar un personaje que va a estar el 90 por ciento de la película. Hacer cine es todo un desafío para mí, me encanta porque requiere tiempo y concentración.
-Ya habías participado en varias películas anteriormente.
-Sí, participé en siete u ocho películas, pero siempre fueron coprotagónicos. Ahora pude dar este paso.
-Es un gran momento en tu vida tanto personal como laboral: volviste al teatro, al cine y a la televisión casi en simultáneo. De dos años a esta parte, cambió mucho tu rol en el medio, ¿creés que el éxito teatral que fue El otro lado de la cama fue un quiebre en ese sentido?
-No, quiebre creo que no. Esa palabra la relaciono con algo que no va a volver a cambiar y esa carrera cambia todo el tiempo. Yo puedo estar en un éxito hoy y mañana volver a estar sin trabajo. Nadie te garantiza laburo eterno. Ni un éxito en cine, ni un éxito en teatro ni uno en televisión. Pero volviendo a la pregunta, sí considero que esa obra me dio la oportunidad única de mostrarme en una faceta distinta en la comedia, de mostrar mi madurez actoral. Eso sí claramente desencadena en otras ofertas laborales y en los proyectos de cine como este. Eso puede pasar. Fue un giro, una bisagra, un espaldarazo en mi carrera.
-Hablabas de mostrar otra faceta, ¿alguna vez pensaste que pesaba sobre vos algún prejuicio por tus orígenes vinculados a la producción televisiva juvenil?
-No, yo nunca tuve prejuicios de qué podía dar yo. Muchas veces, para el afuera uno es lo que hace. Entonces, el problema no pasaba por convencerme yo, sino convencer a los demás de que yo podía hacer algo distinto. La forma de hacerlo es con oportunidades así, como las que me están llegando en cine y teatro, que te exigen una paleta distinta de colores que tenés que mostrar y demostrar que los podés hacer.
-¿Pero se sintió alguna vez el prejuicio de la industria?
-Uno es lo que hace. Si yo toda mi vida hice infantiles, es complicado que me vean en otro lugar. Entonces, un poco lo difícil de esta carrera para el actor es decir que no a ciertas cosas. Uno hace carrera diciendo que no. Saber qué cosas rechazar para orientar la carrera y esperar otro proyecto que uno cree que le puede dar una vidriera distinta.
-¿A qué cosas tuviste que decir que no? ¿Cuál es tu límite?
-Le he dicho que no a un montón de cosas. Llegué a rechazar un Bailando por un sueño en España. O a hacer Floricienta de nuevo en México, el mismo personaje. Sentía ganas de desafíos actorales, no de repetir ni entrar en el mote de galán.
-Tras el boom televisivo que tuviste con Cris Morena, vino toda una etapa de lo autogestivo, donde llegaste a repartir volantes de tus propias obras, ¿fue algo buscado ese escape de lo masivo?
-Evidentemente, sí. Analizándome un poco, lo hice porque lo necesitaba. No me quedé en la comodidad de continuar por un mercado en el que venía, sino que busqué ponerme al filo. Ojo, con Cris Morena también tenía desafíos, siempre me exigía más. Se lo agradezco porque eso se hizo costumbre en mi. Pero de un momento a otro, me fui de la parafernalia y la superproducción a una obra under en un sótano con chicos de una escuela de teatro y después, volví a la televisión y al teatro comercial cuando así lo deseé. Elijo lo que más me exige, me gusta crecer como actor más allá del éxito que tenga o no el proyecto.
Mirá el trailer de Anoche.
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