Del 3 al 14 de abril, lo mejor del cine independiente copa la Ciudad de Buenos Aires. Después de una 20° edición de lujo, el BAFICI vuelve recargado con una nueva sede central, esta vez ubicada en Belgrano y novedosas propuestas, como proyecciones al aire libre y el formato Maratón BAFICI
Pero detrás de todo lo nuevo, permanece allí una vieja cara conocida. Por cuarto año consecutivo, el crítico de cine Javier Porta Fouz vuelve a dirigir semejante evento. En la vorágine de los últimos detalles, se refiere a este semejante desafío y a las novedades detrás de esta edición.
-Venimos de la edición 20°, un número redondo ¿Cómo cambia el desafío ahora para el 21°?
-El número redondo, como vos decís, hace que todo el mundo esté esperando mucho más del festival. Por suerte, ahora falta un monton para el próximo número redondo (risas).
-Bueno, tenés 9 años más hasta el 30°.
-No, no sé cuánto tiempo más voy a ser el director (risas). Pero como te decía antes, haber pasado esa presión del 20° hizo que nos pongamos más BAFICI que nunca. Nos concentramos en tener más películas nuevas, más óperas primas, más cine que debería provocar mucha polémica, mucha discusión y más cine con el ADN del BAFICI. El 20° ya pasó y ahora hay que renovarse muchísimo. Además, cambiamos la sede principal, tenemos más salas al aire libre, traemos una novedad como Maratón BAFICI y esa gran cantidad de óperas primas es algo para celebrar.
-En la conferencia hablabas de que en aquellas secciones en las que puede haber óperas primas, el porcentaje llegaba al 40%.
-Sí, porcentualmente es una barbaridad. Es algo para celebrar. No nos habíamos dado cuenta hasta anteayer cuando me puse a hacer esas cuentas. Una vez que ya solucioné lo urgentísimo, me puse a ver lo urgente. Siempre pensamos al BAFICI de esa manera desde un primer momento. Si bien hay películas que pasaron por otros festivales, también hay mucho material nuevo. El año pasado ya cumplimos un récord en ese sentido.
-¿Y entonces cuáles son los desafíos?
-Un desafío muy fácil de decir es, por ejemplo, lograr que la nueva sede sea tomada por los espectadores, como cuando pasamos del Abasto al Recoleta. La gente nos siguió de un lugar a otro y esperemos que vuelva a suceder. Además, el desafío siempre es que el BAFICI llegue a un público al que no haya llegado antes. Eso es fundamental. En eso, me gusta mucho la nueva sede porque el punto de encuentro está más cerca de la sala y la salida está pegada a la calle. Eso hace que la charla post película sea más fluida.
El Ministro de Cultura de la Ciudad de Buenos Aires, Enrique Avogadro también dijo presente en el evento.
-Lo de cautivar el público implica un doble problema: cada vez la gente va menos al cine y, por otro lado, hay cierto prejuicio sobre las películas del BAFICI.
-Es un doble juego. Además de cada vez va menos, el problema es que cada vez más gente ve las mismas películas. Entonces, el público accede cada vez a una menor variedad de cine. El Bafici plantea lo contrario: que la variedad vaya aumentando. El desafío es convencer a toda esa gente que le tiene miedo a este evento o que siente que no va a encontrar algo que le guste. Por ejemplo, este año vamos a pasar Duro de Matar en 35 milímetros. Para los detractores que dicen que eso no es el Bafici, sí lo es. Porque es una película de John McTiernan, que es un autor y que hizo la película como quiso y deseó.
-En ese sentido, ¿cuáles son las tácticas que hay para cautivarlo?
-Tenemos un montón. Hay una nueva comunicación del BAFICI. Tenemos siempre las recomendaciones que hacemos nosotros desde el equipo, también están las películas con invitados. Cautivar al público es hacerlo volver a creer en el cine. Hay mucha gente que lo dejó de lado y que solo ve las películas gigantes de superhéroes. Pero hay que mostrarles que ver cine en el cine y con otra gente es inigualable.
-Es tu cuarto año como director, ¿ya estás en una situación de comodidad?
-Me encanta este trabajo, es un sueño dirigir el festival de la ciudad en la que vivís. Desde mi primer año como director buscamos trabajar esto de ir hacia un cine más nuevo y que se estrene acá en este evento. La verdad creo que lo estamos logrando. Además, hemos traído grandes invitados todos los años. Desde un primer momento, la idea fue lograr un festival de estrenos, donde sientas que cada película que ves es un evento en particular.
-¿Reconocés en vos fortalezas y debilidades?
-Debería verlo más en perspectiva. Fui logrando lo que me propuse. Peleamos machismo para lograr que el BAFICI sea un festival de estrenos. Me llevo bien y, a veces, soy muy intenso para defender lo que quiero, pero en cualquier equipo de trabajo bajo presión pueden darse algunos chispazos. Por suerte, no me encargo de casi nada de lo burocrático y siempre estoy muy metido en los temas de producción.
-Hace poco leía que cumplís 20 años en la crítica cinematográfica. De nuevo, número redondo ¿Te imaginabas en un lugar como este?
-No sé, la verdad que no me acuerdo. Soy cero nostálgico (risas). No sé qué soñaba o qué pensaba. Me encanta este rol, la adrenalina que se genera. La mañana de la conferencia de prensa no podía pensar en nada. Nunca me imaginé en este rol, salvo cuando empezaron a comentar que había chances de que sucediera. Pero tampoco me imaginaba escribir en El amante y terminé dirigiéndola. Lo único que puedo decirte es que espero que el BAFICI siga por siempre.
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