“Aunque suene a frase hecha, yo quiero seguir filmando. Y si le va bien a esta película, voy a poder hacerlo”. No, no suena a frase hecha, pero sí a una expresión de deseo tan básica en un realizador, como compleja en su pleno alcance por razones que todos conocemos. Hernán Gerschuny lo sabe, por director, por productor ejecutivo (rol que ocupó en Abzurdah) y también por ser codirector de la revista Haciendo cine y de HC Films. Su mirada para con la industria es mucho más abarcativo y completo que el de la mayoría de sus colegas.
Tras la muy buena recepción que tuvo su ópera prima, El critico (2013), Hernán se animó en Una noche de amor a su primer guión en colaboración: “El guión era de Sebastián (Wainraich), pero los temas que tratamos en la película son tan afines a mi vida que cuando lo leí sentí que todo tenía que ver conmigo, que también hablaba de mí. Por eso la reescritura posterior tuvo que ver con encontrar cierta estructura que hiciera que la película funcione mejor, pero sobre una materia prima que los dos entendíamos de la misma manera“.
Pero un esquema de trabajo así puede terminar exitosamente, o en conflictos irreconciliables, en Una noche de amor todas las piezas encajaron: “Entendí rápidamente que el fuerte de Sebastián eran los diálogos, es muy buen dialoguista, algo que en el cine es muy difícil de encontrar. Esta bueno utilizar a gente que aprovecha el sentido del humor de manera cotidiana y que logra el efecto o chispa que en el cine, por los tiempos que tiene, es muy difícil de lograr“.
Si bien los temas del filme eran comunes a Guerschuny y Wainraich, ambos deseaban hablar de algo que subyace en la reflexión que dispara la película: “Las grandes tragedias del matrimonio no son los engaños, las aventuras, y demás, sino la ‘duda’ de patear o no el tablero; de si lo que se está viviendo está bien o podría ser mejor”.
[Tweet “Guerschuny: “Prefiero que el humor sea un vehículo para reflexionar sobre otros temas”. #UnaNocheDeAmor”]El trabajo para construir el universo del matrimonio de 12 años de Leonel (Sebastián Wainraich) y Paola (Carla Peterson) en su necesidad de reencontrarse como pareja fue arduo: “No quería convertir a la película en un sketch de Matrimonios y algo más, es algo que no me atrae como espectador y que no me interesaba como director. Carla y Sebastián entendieron rápidamente que quería lograr un determinado tono en el filme, y para eso tenía que ’emparejarlos’ como actores. Ambos venían de lugares distintos y lo más difícil de lograr era hacerle creer al espectador que se trataba de un matrimonio preexistente a la historia que está viendo. Tienen muchos códigos que comparten desde años antes del momento en el que arranca la película y los conocemos”.
Hay una marcada influencia de la nueva comedia norteamericana en Una noche de amor, y esto no es casual. Dice Hernán: “Como espectador las comedias que me gustan ver son aquellas que tienen una segunda capa, no sólo las que poseen un gag para que te rías. Eso tiene poca vida para mí. Prefiero que el humor sea un vehículo para reflexionar sobre otros temas”.
Una noche de amor se estrena el 25 de febrero, acá el adelanto:
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