“Podrán decir, podrán hablar, y murmurar y rebuznar, mas la fealdad que Dios me dio, mucha mujer me la envidió. Y no dirán que me engrupí porque modesta siempre fuí… ¡Yo soy así!”. Un artista habla a través de sus obras. O mejor dicho, las obras hablan de un artista. La milonga Se dice de mí, de Ivo Pelay y Francisco Canaro recorrió el mundo desde su estreno en 1943, e incluso llegó a ser cortina de telenovelas como la colombiana Yo soy, Betty La fea. Su letra pinta de cuerpo entero a Tita Merello, tanguera aguerrida, mujer sin vueltas, que con su pensamiento logró romper y transgredir los esquemas de una época por demás conservadora.
Y tal vez sea por eso o, mejor dicho, seguramente es por eso, la directora Teresa Costantini decidió llevar a la pantalla grande Yo soy así, Tita de Buenos Aires, la primera biografía cinematográfica de la actriz (si pasamos por alto esa declaración de amor que fue Merello x Carreras).
Después de haber llevado a la pantalla grande a Felicitas Guerrero en Felicitas (2009), y a pocas semanas de haber recibido un reconocimiento de la DAC donde se la presentó como “heredera” de María Luisa Bemberg, la nueva película de Teresa tiene una interesante prehistoria.
La realizadora ya había filmado el documental Buscando a Tita (aún inédito), pero la historia daba para más. Para mucho más. Así nace este proyecto con fecha de inicio de rodaje en octubre, que protagoniza Mercedes Funes, acompañada por Michel Noher, Damián de Santo, Esther Goris y Andrea Pietra. “Estoy totalmente atrapada por Tita”, confiesa fascinada como inicio de la charla.
-¿Cuando estabas haciendo el documental ya soñabas con el largometraje?
-En realidad el documental surgió porque la película no terminaba de arrancar. Ya estaba escrita pero no podíamos terminar de armar la producción y ponerla en marcha, ni tampoco habíamos encontrado a nuestra Tita todavía. Entonces se me ocurrió hacer este Buscando a Tita que me sirvió para investigar más sobre ella al preguntarle a la gente que la conoció. Algunas chicas de comedia musical y cantantes muy conocidas cantan sus canciones. Mientras se armaba el documental, la película se fue construyendo y ahora la vamos a poder filmar. Los proyectos tardan, ya llevamos cuatro años con Tita de Buenos Aires.
-¿Qué rescatás de esa primera experiencia?
-Fue único y fascinante para mí porque nunca hice algo así. Lo lindo fue que todas las personas que convoqué para dar su testimonio dijeron que sí automáticamente. Así aparecieron Susana Rinaldi, Silvia Mores, María José Demare, Héctor Olivera, Sandra Mihanovich y Javier Calamaro. Fue un regalo increíble que todos ellos quisieran estar. Fue una gran experiencia y estoy súper contenta. Ya está listo, no tenemos una salida, pero sí sabemos que lo vamos a mostrar en lugares como el Centro Cultural Kirchner y el Museo de Bellas Artes hasta tanto tenga un circuito mínimo como el Cine Gaumont o algo así.
-¿El paso siguiente después de filmar la historia de Felicitas era Tita?
-En parte sí, por el tipo de mujer que era. Pero fundamentalmente también porque me interesó muchísimo su persona. De mujer a mujer, me atrajo la idea de meterme más adentro y saber qué fue lo que hizo que ella fuera tan adelantada a su tiempo, tan independiente, que lograra a partir de unos orígenes tan dolorosos como los que tuvo y teniendo que pelear con situaciones que a mí me son ajenas, llegar a ser quién fue. Ver cómo ella se inventó a sí misma y no dejó de hacerlo a lo largo de su larguísima vida. Tita tuvo una personalidad avasallante que me resulta fascinante para contar.
-¿Cómo fue el proceso de investigación?
-La verdad que fue algo complicado porque no hay demasiado escrito sobre ella. Lo que más intenté fue ver cómo con ciertos datos biográficos, relacionados con su nacimiento y las etapas de su carrera artística, me podía adentrar en la invención de su vida emocional. Pero por supuesto que todo es una ficción. A la hora de escribir una está buscando el espejo de sí misma y, a su vez, encontrar motores que pongan en marcha la ficción. Por supuesto que está su historia de amor con Luis Sandrini y también aparece una anécdota muy linda de un hombre que le enseñó a leer y escribir, una especie de mecenas. Fue un proceso largo, arduo, difícil, pero al mismo tiempo maravilloso porque ese es el proceso de la escritura.
-¿Qué fue lo que más te sorprendió de Tita Merello en ese proceso?
-Volví a ver una entrevista de Antonio Carrizo a Tita, que algo recordaba, donde ella confesó que había “hecho la calle“. Pero lo que más me impresionó fue volver a escucharla cantar y meterme dentro de su decir, de su forma de interpretar. La letra de los tangos cuentan tanto… Ella podría decir la frase “Los tangos hablaban de mí” porque iban cantando su historia. A su vez, me emociona mucho la recreación de una época que también es una evocación de la juventud de mis padres. Eso me mueve un montón porque en esos años en los que Tita triunfaba, mis viejos eran jóvenes e iban al Festival de Mar del Plata y veían las películas de Sandrini. Yo tengo recuerdos de eso. Es una época que uno la vivió en la infancia y evocar toda ese momento de la vida argentina es muy fuerte.
El rodaje comenzará en octubre y se extenderá nueve semanas.
-¿Qué parte de la vida de Tita Merello vamos a ver en tu película?
-Me centré más que nada en sus comienzos, quise contar un poco sus orígenes en los años ‘20 cuando cantaba en el Teatro Bataclán (situado en la zona portuaria de la ciudad), un lugar que en ese momento era medio cabaret y donde iban los hombres a ver a las mujeres. Después, mostramos su ascenso hacia los escenarios más grandes e importantes, como el Teatro Maipo o el Avenida, donde brilló como estrella de la revista. La película llega hasta la Revolución del ‘55, cuando la prohibieron y ella tuvo un bajón en su carrera acompañada por Hugo del Carril. Igualmente, termina muy arriba, con ella joven y consagrada. No llegamos hasta el final de su vida.
-¿Por qué para el protagónico cambiaste a Lali Espósito por Mercedes Funes?
-Se dijeron muchas cosas pero la verdad es que se tuvo que bajar de la película por problemas de calendario. Ella tiene una agenda que se le convirtió en una locura. Sabíamos que ella elegía la música este año, pero creyó que podía dejar una ventana abierta para nosotros. Finalmente, no pudo y decidimos que era mejor que no haga la película.
-¿Sin rencores?
-Por supuesto. Lali me parece una actriz increíble y no dudo en que trabajemos juntas en un proyecto futuro. A veces los tiempos son más largos de lo que uno querría. Igualmente, estoy muy contenta con Mercedes Funes, me encanta que sea la actriz que va a interpretar a Tita.
-Mercedes tiene unos cuantos años más que Lali, ¿cómo influyó eso en el guión?
Sí, es bastante más grande. Diez años es un montón. Pero ayuda más a la historia porque la película llega hasta los cuarenta y pico de Tita. Eran dos versiones totalmente diferentes. Si la hacía Lali iba a ser otra cosa. Pero Mercedes está trabajando muchísimo en el personaje. Está muy metida y obsesionada. Además no hace falta que lo aclare pero canta increíblemente bien.
-Pasó lo mismo con Luis Sandrini que iba a estar a cargo de Nicolás Francella y ahora lo hará Damián de Santo.
-Nico es un divino pero quedaba muy chico. Con Lali funcionaba, pero sino no.
-¿Es verdad que arrancan a rodar el 17 de octubre?
-¡Sí! Un día peronista. Yo soy así es una película peronista, ¿qué le vamos a hacer? (risas). Tenemos pensado tardar nueve semanas. Una barbaridad, pero es una película difícil, con mucha música y canto, escenas en teatros y exteriores de noche. Ya definimos las locaciones. Sabemos que va a ser todo en Buenos Aires, pero de acá a octubre nos espera un trabajo arduo dándole a esta máquina de crear sueños.
-¿Qué otros personajes importantes de la cultura argentina van a aparecer?
-Además de Hugo del Carril y Luis Sandrini, están Enrique Santos Discépolo, Carlos Gardel y Francisco Canaro. El resto de los personajes son más ficcionados.
-Después de Felicitas me imagino que estarás curtida a la hora de la recreación histórica.
-No creas, es mucho trabajo. Después de Felicitas pensé que iba a hacer una película chica. Pero ahora ya me embarqué en esta. Siempre digo lo mismo, “la próxima van a ser dos actores” y después de vuelta aparece el súper proyecto. Por suerte terminan siendo muy gratificantes.
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