Prefiero que el espectador vea la película con la menor información posible sobre la trama, ya que la misma se va develando muy de a poco, y por momentos el espectador tiene que rellenar partes y sacar sus propias conclusiones.
Prefiero contar el “cómo” más que el “qué”. Una pregunta que me hice fue: ¿por qué siempre en las películas se utiliza una estética predominante para contar toda la historia, y no varias disímiles? El riesgo de usar varias estéticas es que la película quede fraccionada. Por eso generalmente se recurre a ciertas herramientas cinematográficas y se las repite a lo largo de toda la película.
Creo que si uno quiere contar diferentes momentos dramáticos, hay que encontrar la mejor forma de trasmitir al espectador estas situaciones, más allá de que sean contradictorias desde lo formal, y no quedarse con una sola. Mi sospecha era que si uno lo hace sutil, de a poco, con cierta progresión, se podría hacer casi cualquier cambio, hasta los más distintos entre sí, sin que el espectador lo note.
Ese fue el desafío que me planteé para Fin de semana. Trabaje muchos años como arquitecto y diseñador gráfico, así que para mí el estudio de las formas en relación al contenido es algo que siempre tuve en cuenta. Entonces intenté que conflicto, trama y forma dialoguen como una unidad sólida, y que ésta vaya transformándose a modo de instalación en movimiento, según el estado de ánimo interno de los personajes y su vínculo.
Me interesaba contar una trama convencional de una manera no convencional y que a la vez quede una película orgánica, un “todo”. La trama no va al pasado, ni al futuro, no hay flashbacks ni fast forwards. Todo transcurre en tres días linealmente, pero formalmente va cambiando mientras pasan los minutos. Los ratios de proyección en la pantalla van cambiando frame a frame, la coloración cambia, el tratamiento del sonido cambia, el ritmo del montaje también.
Para la fotografía convoqué a tres directores de fotografía ya que a la historia la fraccioné en tres bloques (fracciones que no están marcadas en la película). Entonces, los estados anímicos y el vínculo de los personajes cambian y se representa tanto desde la forma externa: geometría de proyección de la pantalla, e interna: fotografía, montaje, sonido, etc.
El problema era como unir estas tres partes. Y acá el otro desafío era que todos los cambios tenían que suceder de manera sutil, pero pasar de un formato 4:3 (casi cuadrado), con una coloración casi en blanco y negro a un formato cinemascope 2.35:1 (máxima expansión de la pantalla) e iluminada con luces rojas y azules, y de ahí al 1.85:1 con iluminación natural, no era algo fácil. La idea era llevar al espectador inmerso en la trama e ir buscando los momentos de máxima intensidad dramática para realizar los cambios para que no lo notara. Otra herramienta para buscar unidad visual fue utilizar un solo lente para toda la película, el 50mm, y el mismo diafragma: F:2.8, con el fin de tratar de unificar las perspectivas y la relación de los personajes con los fondos.
Resumo los 3 bloques
El 1er. bloque tiene un formato de proyección 4:3 (dando esa sensación de falta de imagen hacia ambos lados). Prevalecen los claros oscuros, personajes en primeros planos y siempre encuadrados solos con respecto a los demás personajes, la imagen esta desaturada (casi sin color), el montaje no tiene transiciones, es perturbador en el tratamiento de corte. El sonido está ubicado al centro de la pantalla, dando una sensación de sonido Mono, encapsulado. Mientras la trama avanza, la proyección va cambiando y se va acomodando hacia el formato cinemascope 2.35:1, la imagen toma su máxima longitud hacia los extremos. En este momento la dramaturgia va subiendo, todo se va tensionando hasta llegar a un clímax con un total de ancho completo de pantalla para dar un giro y dar comienzo al…
2do bloque: acá hay una expansión de uno de los personajes, sale a la deriva en un derrotero de situaciones. Este bloque está en un 95% musicalizado. Se utiliza al máximo el sonido surround 5.1 de la sala, todo es envolvente. La coloración es azul y rojo saturado (utilizamos solo estos dos colores para iluminar las escenas). Ahora ingresamos a una atmosfera completamente distinta al del bloque 1. La idea es tratar de resetear al espectador, dándole otro aire a la película con un tamaño de pantalla, fotografía, vestuario, arte, etc. acorde a lo que se está contando. El montaje ahora es más acelerando hasta llegar a la mayor velocidad de corte de plano (por eso utilice muchos cortes en los planos, de manera de poder ir acelerando o disminuyendo el montaje según el bloque) los ratios nuevamente se van modificando frame a frame, pero en este caso se abren hacia arriba y abajo dándole al espectador mayor cantidad de imagen, culminando en otro climax (tanto dramático como sexual) terminando de formar el ratio 1:85.1 (formato de proporciones de mayor equilibrio geométrico), dando lugar al…
3er bloque, en el que vuelve la luz del día, la imagen toma naturalismo. El montaje se hace más pausado, los primeros planos ahora son planos en conjunto de las protagonistas, aparecen transiciones, se pone más contemplativa, el vínculo de los personajes se desplaza, la trama vuelve a su curso inicial pero desde otro lugar emocional.
Por todo esto, Fin de Semana es una película que amerita la experiencia de ir al cine, de verse en la pantalla grande y con sonido surround 5.1.
Moroco Colman
Director de Fin de semana.
Días y horarios de Fin de semana en el BAFICI
-Sábado 22 – 20:30 – Village Recoleta 5.
-Domingo 23 – 15:50 – Village Recoleta 5.
-Miércoles 26 – 13:15 – Artemultiplex Belgrano 3.
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