A principios del siglo XX, con el cine como novedad, filmar era una aventura incierta. Cinco años apenas habían pasado desde que la película El fusilamiento de Dorrego pusiera a andar el engranaje nacional (hubo algún proyecto anterior, pero más hijo de la oportunidad que de la creatividad), cuando en 1915 se estrenó Nobleza gaucha, el primer “éxito de taquilla” de la escena local. Gracias a él, sus responsables, Ernesto Gunche y Eduardo Martínez de la Pera, comenzaron a pergeñar otra película que repitiera el suceso. Así nació Hasta después de muerta.
Protagonizada (y basada en su obra de teatro homónima) por el legendario Florencio Parravicini, la película se estrenó el 13 de agosto de 1916 y, como era de esperarse, tuvo un entusiasta recibimiento entre el público. Se trata de un melodrama sobre la historia de una chica huérfana que trabaja como cajera en un comercio. Su historia, sus relaciones y su final son plasmados a través de un largo flashback que arranca apenas comienza el filme y va develando las vueltas de la trama.
Los motivos del éxito de Hasta después de muerta son varios, pero algunos especialistas sostiene que se trata de la primera película argentina en bucear en las entrañas de la clase media, toda una novedad entonces.
De acuerdo al investigador Fernando Martín Peña: “Ningún elemento en 35mm. de este film parece haber sobrevivido hasta nuestros días. Una copia fue conservada durante décadas por el coleccionista Manuel Peña Rodríguez y transferida a fines de los ‘60 al Fondo Nacional de las Artes. Hacia 1971 el técnico Fernando Vigévano realizó un internegativo en 16mm. a partir de esa copia, que luego fue destruida. Dicho internegativo se conserva actualmente en el Museo del Cine“, y de él surge la copia que ahora se verá.
Hasta después de muerta se exhibirá en la sede del Museo del Cine (Caffarena 51, La Boca). con entrada libre y gratuita los sábados y domingos de febrero a las 16 y 18.
Dejar comentario